La soledad de Esme

Sola, triste, desencantada….No sabía como sentirme, ni sabía que hacer.
A veces pensaba cuando era humana y por mucho que me fastidiara, lo echaba un poco de menos. Echaba de menos cuando estaba mal y me tiraba en la cama y dormía dos días enteros dejando los problemas aun lado; o cuando me reunía con mis amigas y les contaba mis problemas y me ayudaban.
No sabía que hacer, lo tenia todo. Un marido estupendo, hermoso que me quería; unos hijos maravillosos, con largas vidas pero cada uno tenia algo especial que me encantaba. Tenía una casa hermosa y todo el dinero que quisiera. Y por supuesto no me olvidaba de Bella, mi querida Bella la quería como si fuera mi propia hija, me encanta que fuera tan atrevida, no tenía miedo al poner su vida en peligro por nosotros.
Pero aun así, me sentía sola y triste.
Todos estaban con sus vidas y no quería molestar son mis problemas porque eran una tontería. -¡Se me pasará!- me dije.
Rosalie y Emmet tan enamorados, se iban de viaje…no paraban.
Alice y Jasper también muy enamorados estaban con sus cosas.
Edward, mi querido hijo, siempre con Bella, lo veía tan feliz y enamorado que no quería que se preocupara de mí.
Y Bella, mi querido Bella, pasábamos mucho tiempo hablando cuando venia a casa, me encantaba hablar con ella; pero esto que me estaba pasando se lo podía contar pero… había obstáculo, era humana.
Y me quedaba mi amado Carlisle, se pasaba todo el día en el hospital, le apasionaba su trabajo. Pero no le podía reprochar nada, me encantaba verle tan feliz.

Nadie sabía nada, los únicos que podrían sospechar serian Alice y Edward. Pero Alice estaba ocupada con sus visiones, visiones sobre Bella y le preocupaba el no poder ver a los licántropos. Y Edward alguna vez veía algo y me preguntaba pero siempre que estaba con él intentaba pensar en otra cosa.
Un día estaba en casa aburrida y sola y decidí dar un paseo, paseando llegué al prado de Edward, dónde Bella y él venían siempre para alejarse por un momento de la realidad.
Así pasaron días, semanas, no podía pasar ni un día sin ir. Y aunque parezca raro, me estaba gustando los días claros porque el prado estaba lleno de flores preciosas que brillaban a la luz del Sol.
En unos de esos paseos me acordé de mis amigas cuando yo era humana, no me acordaba muy bien habían pasado tantos años.
Pensé- ¡Tengo que hacerme una amiga!
-Esme ¿en que estas pensando?- me dije- ¿de quien podrias hacerte amiga?
Algo en mi interior dijo- ¡Eres un vampiro!
Me enfadé tanto que me fui para casa


El día era nublado por lo que no me apetecía ir al prado. Despedí a Carlisle con un gran beso, el se fue a su trabajo, todos se habían ido por lo que decidí pasear por el pueblo.
Pasé por un grupo de casas grandes, por esa zona nunca antes había pasado.
De repente, algo me paró, una gran casa roja y blanca muy hermosa, con un gran jardín con flores preciosas que me recordaban a las que habían en el prado.
Entonces vi a una mujer hermosa entrando por la puerta, el viento levantó su pelo y pude sentir su olor, me entró un cosquilleo en el estomago que me fui para casa.

En todo el día pensé en casa y en esa mujer. Edward no entendia el significado de esa casa en mi mente. Yo pensé lo que habían dicho los chicos el dia anterior de una mujer gansgster.

((SIGUE EN CASA DE NELLIE))